Era el dia X la hora Z, me puse el traje de luces, porque el laberinto hecho de materia gris era muy oscuro, cuando entré habia fiesta las conexiones neuronales hacian chispitas, como si hubiese tormenta. El traje de mataor me apretaba los webos así que me los quité y quedé en calzocillos sueltos. Un pensamiento pasó veloz junto a mi. Vino otro y conseguí pararlo, le pregunté por el Minotauro, me contestó que carecía de esa información que la información que llevaba era sobre la compra de la semana. Me pregunté que habría para cenar pero no dije nada.
Otro pensamiento cruzó veloz. Le hice auto-stop, frenó. ¿A dónde va? Me preguntó. A casa del minotauro, voy a matarlo. me sinceré, viendo que era un pensamiento positivo. –Vd. Está loco. El Ego gobierna la mente le matará antes de que Vd. se de cuenta. - ¿Dónde puedo encontrarlo?. – Siga esa red neuronal y tire siempre a la derecha. Verá una fortificación, allí vive el Ego rodeado de cientos de pensamientos que lo cuidan y alimentan. Vuelva por donde ha venido. El Ego de Chuni Li gobierna esta mente y es despiadado, ni se acerque a él, es un consejo. Era un pensamiento negativo disfrazado de pensamiento positivo.
- Le pregunté que carga llevaba, llevo un péptido a la hipófisis. Pronto habrá una emoción y hay que estar preparados.
Pasó otro pensamiento. ¿A dónde va?, le pregunté. Llevo información de primera mano para el centro motor. Al amo le pica un webo y tiene que rascarse. Pues no le entretengo más. Adiós.
Dudé un momento mientras escuchaba la voz de Real. ¿Para qué matarlo si te puedes emborrachar con él y llevártelo de putas?. Era tentador, no me gusta la sangre si no es frita.
Pero no, había que conquistarse a si mismo y de paso pedirle la mano a Ariadne, aunque no sé que voy ha hacer con una mano. Mi decisión era firme. Caminé decidido por el área del lenguaje, por el área de broca alguien gritó penalti arbitro cabrón. Entonces supe lo que tenía que hacer. Estar en completo silencio. Así lo hice, de pronto todas las luces de mi cerebro se apagaron. Llegué a tientas a la fortificación del Ego. Los pensamientos que lo cuidaban estaban como dormidos. Fue entonces cuando lo ví, era un Ego enorme de color verde, cuernos gigantes y la poya la llevaba alrededor del cuello a modo de bufanda.
Aunque me acercaba sigilosamente tropecé con un axón haciendo tal estruendo que los pensamientos despertaron y se abalanzaron sobre mi. Me estaban ahogando, eran tantos y de tan diversa índole, cuando estaba a punto de expirar recordé las palabras mágicas que el maestro real me había dado.: Un burro bailando una lambada, aparecieron un ejercito de risas que descojonaron a los pensamientos que caían retorcidos. Un enano en un botijo, insistí, el efecto fue instantáneo los pensamientos no tenían donde agarrarse. Y caían partiéndose literalmente de risa. Funciona, la risa como me enseñó el maestro Real es el arma secreta. Ja, je, ji , jo , ju. Tienen un poder meditativo.
La vibración afectó al minotauro que se empezó a mear, comprendí lo del charco en tu botijo, aproveché entonces para bailarle una muñeira en traje regional. El Minotauro, también llamado Migéminis contraatacando se puso a danzarme la danza de los siete velos. ¡Cómo se contoneaba el muy cabrón¡ a punto estuve de desistir. Embelesado me tenía con esos movimientos tan sensuales. Recordé las palabras de Ariadne. Tu no eres tu Ego, eres conciencia pura. Así que lo maté. Entonces supe lo que todas las tradiciones habían dicho siempre: "Somos una llama de Amor que brilla cuando el Ego desaparece".