AYAHUASCA
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Como todos los fines de semana madrugué junto con mi compañera para ir a caminar esta vez por los bosques de Galicia. Habíamos quedado con una chica residente en Miami que ha venido de vacaciones a Galicia, ya que algunos de sus familiares son naturales de aquí. Mi compañera, que recién la acababa de conocer, le propuso esa caminata a lo que ella se apuntó de buen gusto. Fuimos a buscarla pero no estaba a la hora convenida. La llamamos por teléfono pero nos salía el contestador automático. Al final fuimos a la zona donde sabía mi compañera que vivía. Preguntamos a los lugareños pero nadie nos supo dar razón de la casa exacta. Después de perder casi una hora nos dimos por vencidos cuando estábamos a punto de marcharnos sonó el móvil. Era ella, que la disculpáramos, que se había quedado dormida. Mi compañera que es una santa iluminada le dijo que no se preocupase que si quería esperaríamos por ella.
Por fin emprendimos la marcha, por el camino nos comentó que había leído a Sartre y a Krishnamurti así como a un macrobiótico Japonés del que ahora no recuerdo su nombre, nos daba sus pros y sus contras de tales autores. La ruta que habíamos elegido partía desde una Iglesia muy bonita que se había empezado a construir en 1903 y que se finalizó en 1916. La ruta descendía por un camino empedrado lleno de hojas de carballo marrones. Como me entraron ganas de ir de vientre les dije que me adelantaba y que las esperaría en el río.
Tardaron más de lo habitual por lo que aproveché para absorber interiormente el bello paisaje musgoso y cantarin.
La ruta proseguía atravesando el río Verdugo por unos pasos, que son bloques de piedra que los lugareños pusieron antaño para estos menesteres. Pero el río estaba crecido de más y los pasos quedaban ocultos por el agua. Con mi compañera estamos acostumbrados a este tipo de incidentes y no nos cuesta nada sacarnos las botas, los pantalones y lo que hace falta con tal de continuar una ruta que se nos antojaba interesante.
Cuando llegó mi compañera junto con su nueva amiga me miró y me dijo que su amiga tenía un problema en la rodilla que le costaba mucho bajar las cuestas y que ella no se esperaba que ir de ruta por la montaña fuese así. Que era la primera vez que iba de senderismo. Que creía que el sendero sería llano. Cuando vio los pasos que tendríamos que cruzar dijo no, yo por ahí no paso, que si resbalo y me rompo una pierna.Que si el agua lleva mucha corriente. Que la rodilla. Total que dimos vuelta y decidimos llevarla a pasear por la ciudad de Pontevedra donde hay un casco antiguo interesante y como era festividad de Reyes podíamos aprovechar para comprar algunos regalos a la familia.
Ya en Pontevedra mientras buscábamos aparcamiento vimos a un antiguo conocido que hacía años que no veíamos. Le invitamos a subir al coche para ir a tomar algo juntos. Aparcamos y mientras buscábamos un café, le comenté mis últimas aventuras y proyectos después de lo cual el empezó a comentarme las suyas. Fui así como me enteré del tema que os traigo no sin antes haber hecho un magnifico prólogo. No me negareis.
Me comentó entre otras cosas que había estado ingiriendo Ayahuasca. La última vez junto a otras treinta personas en un chalet con un amplio salón. Sacos de dormir, una tinaja por si había vómitos y un chaman sudamericano como director de ceremonias.
Al parecer esto se viene haciendo con frecuencia. Me dijo que la sesión había costado 150 euros. Que había aprendido muchas cosas sobre si mismo. Pero quizás no en el momento sino que la experiencia como que se va descubriendo con el paso del tiempo. La vez anterior había sido hacía un año y en esa ocasión me comentó que sintió como que se moría. Fue un mal viaje ya que él se negaba interiormente a dejarse ir. Después tuvo que ir a hacer terapia por un tiempo. Le pregunté si le había comentado a su terapeuta que había ingerido ayahuasca, - pues claro, me dijo, el también la ha tomado.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ayahuasca
http://www.mind-surf.net/drogas/ayahuasca.htm#16