La risa es una catarsis que nos libera de las tensiones y hace que fluya la energía por todo nuestro ser. Su vibración llega hasta la última de nuestras células como un agradecimiento por su callada labor que nos mantiene con vida. Es la vibración que sacude de alegría los átomos que nos conforman.
El lenguaje de la risa crea más vínculos que el lenguaje de las palabras. Es un lenguaje que puede implicar todo nuestro cuerpo. Que puede hacernos retorcer, arrodillarnos, caer al suelo y cuanto más nos tumba más nos eleva.
Cuando reímos expresamos lo más íntimo de nuestro ser.
La risa es el termómetro que mide lo contentos que nos tenemos a nosotros mismos. La risa por si sola no resuelve nuestros problemas pero nos ofrece la mejor actitud para enfrentarnos a ellos. La risa te da una alegre óptica desde donde apreciar la vida.
Reír de lo que nos pasa es la mayor sabiduría. Es la base del perdón, de la autoestima.
Estamos en una época vibrante. La humanidad evoluciona, crecen las teorías, el movimiento científico investiga en la materia tratando de desentrañar sus secretos. Está científicamente demostrado que la risa baja la presión de la sangre, relaja los músculos, mejora la circulación de la sangre, incrementa el nivel de oxígeno en el cuerpo, eleva el ánimo, trae esperanza, realza la comunicación y lo más importante estimula el sistema inmune, la llave maestra para mantener la buena salud. Los científicos están convencidos que la risa tiene valor terapéutico y preventivo.
Estamos aquí para ayudarnos a despertar. En nuestras alforjas tenemos lo necesario para descubrir esta existencia, sus vericuetos, sus intrincados caminos, sus misterios. Amor, imaginación, fantasía, fascinación y risa ¿qué nos falta?
Un pequeño gesto de sonrisa en nuestra cara lo cambia todo. La risa es una luz que nos alumbra el camino a la dicha.
He dicho ja,ja,ja.